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de Montevideo

El argumento de este original libro no pretende innovar ni revolucionar la nueva literatura. Se compone, en su totalidad, de simples viajes en ómnibus. Lo renovador es el estilo, la manera de relatar y hacer pensar a sus protagonistas, el sino —a veces tormentoso— de cada uno de ellos, con mundos singulares y, a menudo, de curiosa profundidad.

Rosana Malaneschii inventa vivencias naturales, acumuladas y valientes en una serie de cuentos breves que pudieron ser una novela, a juzgar por el ámbito predominante, nunca asfixiante. El estilo narrativo es rico e infrecuente dentro de la narrativa latinoamericana; ese caudal preciso siempre lleva un rumbo y, fundamentalmente, a una desembocadura. En esos trayectos suceden cosas en el lente de la autora, en las aglomeraciones y en los vacíos de las terminales: dolor, vidas, erotismo. En las vivencias del sexo no explícito siempre hay dramas del alma, leves biografías, valentía para encarar diversos temas, pensamientos originales, momentos amargos.

Estos viajes siempre son emprendidos por seres en soledad, vacilantes y llenos de visiones aparentemente secretas. Darlos a luz es la tarea difícil y siempre lograda por la escritura intensa de quien narra para buenos lectores, en especial para la comprensión de la inteligencia, no para la deliberadamente farragosa crítica cuando explica por fuera del texto.

Es el primer libro de Rosana Malaneschii, páginas que ayudan a los buscadores con una literatura que, al comprenderse, aumenta el brío del lector, del nuevo lector y del anterior. Invitan a recorrer una infrecuente aventura de la vida y de la imaginación —sin la gastada llaneza que aporta olvido rápido—. Lo hace con la fortaleza de una prosa que puede llamar a la relectura. También a la captación, para que estos textos sean recibidos como una retahíla literaria infrecuente.

Este autor, al comentarlas con brevedad, invita a incursionar con calma por estas líneas que lo llevaron con naturalidad a creerles por su autenticidad, su riqueza y su mundo.

Enrique Estrázulas

28 de octubre de 2013